Disturbio Racial En Los Angeles (1992)

Higarigaoka - Odaiba, Sin comentarios
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Los disturbios de Los Ángeles de 1992, también conocidos como la revuelta de Rodney King, o los disturbios de Rodney King, explotaron el 29 de abril de 1992, cuando un jurado compuesto casi completamente por blancos anglosajones absolvió a los cuatro agentes de policía que aparecieron en unas grabaciones tomadas por el videoaficionado George Holliday, mientras propinaban una paliza al taxista negro Rodney King. King, que huía de la policía, fue perseguido por la autopista a unos 185 km/h. Miles de personas en Los Ángeles, California, principalmente jóvenes afroamericanos y latinos, se unieron en lo que fue frecuentemente presentado como un disturbio racial, llevando a cabo multitud de infracciones de la ley, incluyendo pillajes, incendios provocados y asesinatos. En total, entre 50 y 60 personas murieron durante los disturbios.


Causas Subyacentes:
Aunque fue el veredicto del juicio sobre Rodney King fue lo que prendió la mecha, hubo otros factores normalmente citados como causas de las protestas. A saber: El extremadamente elevado nivel de desempleo entre los residentes de South Los Angeles, un barrio predominantemente afroamericano que sufrió duramente la recesión económica de finales de los años 1980; la percepción generalizada de que el Departamento de Policía de Los Ángeles hacía discriminación por raza y abusaba de la fuerza, como atestiguaría la investigación llevada a cabo por Warren Christopher (quien dos años después se convertiría en Secretario de Estado bajo el mandato de Bill Clinton); la rabia contenida por la leve sentencia dictada contra un tendero coreano por el tiroteo de Latasha Harlins, una joven afroamericana.

Además, desde que se reveló el vídeo hasta que se dictó veredicto, las dos mayores bandas callejeras de L.A., los Crips y los Bloods, acordaron un alto el fuego mutuo, y empezaron a trabajar en demandas políticas conjuntas a la policía y los políticos de la ciudad.
  • Tensiones Raciales:
Cuando los comentaristas hablan sobre las causas de la erupción violenta, suelen hacer énfasis en las tensiones provocadas por la cambiante demografía de South Los Angeles. La composición racial de barrios históricamente afroamericanos cambió cuando los latinos y coreanos compraron licorerías y tiendas de ultramarinos antiguamente dirigidas por negros. De acuerdo a los datos del censo, en las áreas de los disturbios, la población hispana creció un 119% durante la década anterior a la violencia. La competencia entre razas por el mercado de trabajo y la pequeña empresa encrespó los ánimos. En concreto, durante los 80, la mayoría del personal afroamericano de jardinería del centro de la urbe fue despedido, y reemplazado por latinos que, al no estar sindicados, cobraban la mitad que sus predecesores. La fractura entre empresas propiedad de coreanos y la población negra a la que servían era especialmente pronunciada. La comunidad afroamericana se quejaba de malos tratos por parte de los tenderos, y de unos precios excesivos.
  • Relación Con La Comunidad Coreana-Americana:
Para comprender el tiroteo de Harlins, antes de resaltar la tensión subyacente en la relación coreana-negra, es importante entender la marginación por el bajo estatus social mas la barrera del idioma de la comunidad coreana americana, la pobre precaución, protección de los Korean towns, y la falta de represión de los disturbios, una vez ya sucedidos. Los espacios en donde los levantamientos tomaron lugar, estaban comprendidos y rodeados de población coreana, en otras palabras de Korean Towns. La reacción de los policías ante el problema central, el disturbio, era pararlo mediante el cierre de caminos hacia las zonas de residencia de angloestadounidenses. Su lógica era limitada en primer plano, la justificación suponía que la causa principal de las revueltas era la tensión entre blancos y negros. Sin embargo, los senderos hacia las residencias amarillas se dejaron abiertas, permitiendo que los disturbios se propaguen hacia esas zonas. La comunidad coreana estaba angustiada, una vez que las protestas se transformaron en disturbios, conflictos armados, situación en la cual la protección de la policía era centrada y restringida en zonas de habitantes anglosajones. Por esta medida, las relaciones internacionales entre Corea y Estados Unidos se vio torcida.
  • Latasha Harlins:
Los medios masivos de comunicación comenzaron a reportar un suceso sucedido anteriormente al de King, en donde los actores no son blancos contra negros sino una joven negra y una mujer coreana, expandiendo así las fronteras de tensión hacia los asiáticos. Este hecho toma lugar el 16 de marzo de 1991, en un local llamado Empire Liquor en Compton, donde un enfrentamiento entre una mujer coreana de 51 años, Soon Ja Du y una joven afroamericana de 15 años de edad, Latasha Harlins, termina en la muerte de la Harlins por un disparo de Du en la nuca de la afroamericana que supuestamente intentaba hurtar un producto del local. 

El suceso se encuentra grabado en un video, en la cual se muestra que la señora Du se encontraba cuidando la caja y su marido, Billy Heung Ki Du, descansando en su furgoneta. La joven Harlins entra al local y la señora observa que la joven mete una botella de jugo de naranja en su mochila pero no logra ver el billete en su mano, y concluye que se trata de un caso de robo. La señora agarra de la sudadera de la joven e intenta sacarle la mochila. La joven, al instante responde con tres puñetazos que derriban a la señora mayor al suelo y luego se aleja. Du arroja el taburete y Harlins tira la botella de jugo hacia la caja mientras da la vuelta para irse, momento en el cual Du toma una pistola de mano y finalmente, dispara. El esposo de Du, escucha el tiro y se apura hacia el negocio sin saber que había pasado. Cuando llega, ve a a la jovem tirada en el suelo y llama al 911 y denunciando la situación.
  • Juicio De Rodney King:
El 3 de marzo de 1991, Rodney King, delincuente afroamericano en libertad condicional por robo, fue perseguido en la autopista por la policía a altas velocidades, negándose a detenerse cuando se le indicaba mediante luces y sirenas. Tras saltarse varios semáforos y señales de stop, se paró en el distrito de Lake View Terrace. King, que tenía antecedentes de conducción bajo los efectos del alcohol, y se creía que había consumido fenciclidina, se resistió a su arresto, y fue derribado, inmovilizado y golpeado con porras por cuatro miembros del LAPD (tres anglosajones y un latino). También se le acusa de haber intentado alcanzar el arma de uno de los agentes, aunque ese evento, supuestamente ocurrido al principio del altercado, no fue capturado en vídeo. En una entrevista posterior, King admitió que al estar en libertad condicional temía ser devuelto a prisión por violaciones del régimen.

El incidente, excepto por los primeros minutos, fue grabado por George Holliday, un videoaficionado, y dio la vuelta al mundo, convirtiéndose en un importante argumento para los activistas pro-minorías de Los Ángeles, y Estados Unidos en general (los medios de comunicación mostraron varias secuencias del vídeo en repetidas ocasiones). El fiscal del distrito de Los Ángeles acusó a los cuatro agentes de uso excesivo de la fuerza durante la paliza. Debido a la amplia cobertura del suceso, el juicio fue llevado a un nuevo juzgado en Simi Valley, una zona predominantemente anglosajona de la ciudad de Ventura County. Al contrario de lo creído popularmente, ningún residente de Simi Valley formó parte del jurado, que había sido escogido en el condado de Los Ángeles; El jurado fue, sin embargo, reclutado en el cercano Valle de San Fernando, también anglosajón y latino en su mayoría. El 29 de abril de 1992, el jurado rechazó todas menos una de las acusaciones.

Los Disturbios:
Los disturbios, que comenzaron por la noche, el día que se conoció el veredicto, alcanzaron su máxima intensidad en los dos días siguientes, pero continuarían durante varias jornadas. La continua cobertura televisiva, especialmente mediante unidades montadas en helicópteros, los difundió a lo largo del mundo en directo, asombrando a televidentes que veían cómo partes de la ciudad se sumían en las llamas, muchas tiendas eran asaltadas, transeúntes inocentes eran golpeados, y los exaltados disparaban a la policía. Un toque de queda y el despliegue de tropas de la Guardia Nacional de California comenzaron a controlar la situación. Finalmente, tropas federales fueron enviadas para contrarrestar los desórdenes.

Se estima que se perdieron entre 50 y 60 vidas, y unas 2000 personas fueron heridas. Los daños materiales rondaron entre 800 y 1000 millones de dólares. Hubo aproximadamente 3600 incendios, que destruyeron 1100 edificios, produciéndose en algunas zonas una llamada a los bomberos cada minuto. Unas 10000 personas fueron arrestadas, el 42% afroamericanos, 44% hispanos/latinos, 9% anglosajones, y 2% de otra etnia. Éstos números son aproximadamente proporcionales a la distribución racial de los residentes de las áreas donde se produjeron los disturbios, aunque no de Los Ángeles al completo. Los comercios propiedad de coreanos y otros inmigrantes asiáticos fueron el objetivo principal, aunque tiendas de blancos y negros también fueron atacadas. A pesar de la imagen de conflicto racial, gran parte de la violencia fueron robos de artículos de lujo por parte de oportunistas. Los criminales usaron el caos para su propio beneficio, y las bandas callejeras ajustaron cuentas mutuamente y con la policía.

En otras ciudades de los Estados Unidos se produjeron altercados de menor importancia, especialmente en Las Vegas, Atlanta, y San Francisco, pero también en Oakland, Nueva York, Seattle, Chicago, Phoenix, Madison, Wisconsin, e incluso en la ciudad canadiense de Toronto.
Los eventos comenzaron en varios lugares durante la hora punta, al irse conociendo el veredicto. Los manifestantes del Juzgado de Los Ángeles eran pacíficos en general, pero las protestas en el Parker Center, la sede del LAPD, acabaron con varios arrestos. El jefe de policía Daryl Gates, anteriormente criticado por racismo aparente y corrupción en su departamento, mereció duras críticas por asistir a un evento de captación de fondos electorales la noche que comenzó la violencia. La acción inmediata era la táctica establecida en el LAPD, ya que las horas iniciales de cualquier disturbio son las más decisivas. Sin embargo, el LAPD no respondió rápida y decisivamente al principio, y recibió por ello duras críticas durante y tras los disturbios. La violencia hizo acto de presencia rápidamente, sobre todo en el históricamente barrio negro de South Los Angeles, alrededor del cruce entre las avenidas de Florence y Normandie. Esta intersección se convirtió en el centro neurálgico de los disturbios, y fue conocida como el "flashpoint".

Comentarios De Cargos Públicos:
En respuesta a la violencia, el Alcalde de Los Ángeles, Tom Bradley, comentó que el veredicto del juicio de King "nunca nos hará cerrar los ojos ante lo que vimos en aquella cinta de vídeo". El presidente George H. W. Bush dijo que "El sistema del jurado ha funcionado; Lo que hace falta ahora es calma, respeto por la ley."

Paliza As Reginald Denny:
A última hora de la tarde, Reginald Denny, un camionero anglosajón, se detuvo en un semáforo en la intersección entre las avenidas de Florence y Normandie, fue sacado de su vehículo y duramente golpeado por un grupo de jóvenes negros bajo las cámaras de los helicópteros, que grabaron cada golpe, incluyendo el fragmento en el que dejaron caer un objeto pesado sobre su cabeza cuando se encontraba tendido en el suelo. Aunque la policía no apareció, al haber sido ordenada en retirada por su propia seguridad, varios asaltantes serían luego arrestados, y uno de ellos enviado a prisión. Denny fue rescatado por vecinos negros entre ellos Bobby Green, que al ver el asalto en directo, se apresuraron al lugar de los hechos. Denny se recuperó tras una operación quirúrgica, y fue la víctima más conocida de los sucesos.

Minutos después de que Denny fuera rescatado en el cruce, otra víctima fue golpeada delante de la cámara. Fidel López, un autónomo trabajador de la construcción guatemalteco, fue arrastrado de su camión, robándosele casi $2000 en metálico. Un asaltante le abrió la frente con una radio de coche, mientras que otro intentaba cortarle la oreja. Tras desmayarse López, la muchedumbre le pintó de negro el pecho, torso y genitales. López sobrevivió al ataque, y luego de varias operaciones y meses de recuperación recuperó su oído.A última hora de la tarde, Reginald Denny, un camionero anglosajón, se detuvo en un semáforo en la intersección entre las avenidas de Florence y Normandie, fue sacado de su vehículo y duramente golpeado por un grupo de jóvenes negros bajo las cámaras de los helicópteros, que grabaron cada golpe, incluyendo el fragmento en el que dejaron caer un objeto pesado sobre su cabeza cuando se encontraba tendido en el suelo. Aunque la policía no apareció, al haber sido ordenada en retirada por su propia seguridad, varios asaltantes serían luego arrestados, y uno de ellos enviado a prisión. Denny fue rescatado por vecinos negros entre ellos Bobby Green, que al ver el asalto en directo, se apresuraron al lugar de los hechos. Denny se recuperó tras una operación quirúrgica, y fue la víctima más conocida de los sucesos.

Varios incendiarios atacaron ese y otros barrios, descargando su rabia sobre los comercios desatendidos en medio del caos. Usaron ladrillos para romper ventanas, y después arrojar cócteles Molotov y prenderles fuego. Se quemaron coches para bloquear las intersecciones, algunos de ellos robados a sus conductores, que fueron golpeados. Al ser disparados, cundió el pánico entre los bomberos y demás personal de rescate, cuyos jefes evitaron enviarlos a zonas de peligro. Así, en la oscuridad de la noche, gran cantidad de tiendas fueron asaltadas sin contemplaciones, y los incendios destruyeron multitud de edificios. Agentes antidisturbios del LAPD fueron desplegados en varias partes de la ciudad, pero quedaron grandes áreas desprotegidas.
El segundo día la violencia se extendió sin control. Se televisaron tiroteos que mostraban a propietarios de comercios coreanos tomando las armas (muchos de ellos eran veteranos de la Guerra de Corea) para defender sus propiedades ante las masas violentas. A mediodía, una respuesta organizada comenzó a tomar forma. Grupos de bomberos escoltados por patrullas policiales empezaron a trabajar. La Policía de Carreteras de California envió agentes a la ciudad. El alcalde, Tom Bradley, declaró el estado de emergencia e instauró un toque de queda nocturno. El presidente Bush afirmó en un discurso sobre los disturbios que la "anarquía" no sería tolerada. La Guardia Nacional de California, a la que se había desaconsejado actuar, respondió rápidamente llamando a unos 2000 soldados, pero no pudo hacerlos llegar a la ciudad hasta unas 24 horas más tarde. Inicialmente sólo pudieron asegurar zonas previamente estabilizadas por la policía. Más tarde proveerían apoyo directo en la lucha contra los exaltados. El diario Los Angeles Timesinformó de que varios miembros del jurado que absolvió al grupo de policías que apaleó a Rodney King habían huido de sus hogares, y que el propio King había sido ingresado en una institución psiquiátrica.
Durante el tercer día de disturbios destacaron las declaraciones de un Rodney King en estado de shock preguntando "¿Podemos llevarnos bien todos juntos?". Esa mañana, a la 1 de la madrugada, el Gobernador de California, Pete Wilson, solicitó ayuda al gobierno federal, pero ésta no podría llegar hasta el sábado. Cuatro mil miembros de la guardia estatal llegaban a la urbe en tanquetas. Además, 1700 agentes federales de policía de diferentes lugares empezaron a llegar, para asegurar la protección de instalaciones federales y asistir a la policía local. Cuando cayó la noche, la zona más violenta sufrió un apagón.

El viernes por la noche, el presidente Bush se dirigió a la nación denunciando el "terror arbitrario y falta de respeto por la ley", resumiendo sus charlas con el alcalde Bradley y el gobernador Wilson, y describiendo la ayuda federal que estaba facilitando a las autoridades locales. Aludiendo a la "necesidad urgente de restablecer el orden", advirtió de que la "brutalidad de las turbas" no sería tolerada, y que usaría "cualquier fuerza necesaria". Después habló del caso de Rodney King, y en un tono más moderado, describió una charla con sus propios nietos, y señaló la reacción de los "policías buenos y honestos", así como de los defensores de los derechos civiles. Dijo que había indicado al Departamento de Justicia que iniciara una investigación independiente, diciendo que "la acción del Gran Jurado ya está en marcha", y que se haría justicia. Durante el tercer día de disturbios destacaron las declaraciones de un Rodney King en estado de shock preguntando "¿Podemos llevarnos bien todos juntos?". Esa mañana, a la 1 de la madrugada, el Gobernador de California, Pete Wilson, solicitó ayuda al gobierno federal, pero ésta no podría llegar hasta el sábado. Cuatro mil miembros de la guardia estatal llegaban a la urbe en tanquetas. Además, 1700 agentes federales de policía de diferentes lugares empezaron a llegar, para asegurar la protección de instalaciones federales y asistir a la policía local. Cuando cayó la noche, la zona más violenta sufrió un apagón.

En este momento, muchos acontecimientos deportivos y de entretenimiento se habían pospuesto o cancelado. El partido de los play-off de la NBA en el que Los Angeles Lakers debía recibir a los Portland Trail Blazers se pospuso al domingo, siendo trasladado a Las Vegas. Los Angeles Clippers hicieron lo propio llevando su partido contraUtah Jazz a la cercana Anaheim. En béisbol, Los Angeles Dodgers pospuso sus partidos durante cuatro días consecutivos, de jueves a domingo; Se jugarían en julio. Los hipódromos de Hollywood Park y Los Alamitos fueron también cerrados. L.A. Fiesta Broadway, un importante evento para la comunidad latina, no se celebró durante el primer fin de semana de mayo, como estaba previsto.
El cuarto día, 4000 soldados del Ejército de Estados Unidos y el Cuerpo de Marines estaban preparados para ser emplazados desde Fort Ord y Camp Pendleton, dispuestos a reemplazar a las masas violentas y restaurar el orden. La calma empezó a reaparecer cuando la presencia federal se hizo notar. Con la situación moderadamente bajo control, la población coreana llevó a cabo una manifestación reclamando la reconstrucción de Koreatown. Una cierta normalidad comenzó a reaparecer al final del día, aunque muchos angelinos de clase media habían abandonado la ciudad durante el fin de semana. Otros simplemente se escondieron, viendo la cobertura televisiva. La noche del sábado hubo algo de descontrol, en los lugares habituales de fiesta.

Ya sea en respuesta a los disturbios, o simplemente al veredicto de no culpabilidad, el 2 de mayo el Departamento de Justicia comenzó una investigación federal sobre el apaleamiento de Rodney King.
Ante la relativa calma, el alcalde Bradley, aseguró que la situación estaba "prácticamente bajo control". Sin embargo, en un incidente aislado, se disparó contra un motorista en un encuentro con miembros de la Guardia Nacional esa misma noche.
Aunque el alcalde levantó el toque de queda, indicando el fin oficial de los disturbios, durante unos cuantos días más se sucedieron incidentes violentos y crímenes esporádicos. Colegios, bancos y negocios reabrieron. Las tropas federales, temiendo dejar desprotegida a la población, no se marcharon hasta el 9 de mayo; La Guardia Nacional aguantó hasta el 14 de mayo, y algunos soldados se quedaron incluso hasta el 27 de mayo.

Tras Los Disturbios:
Tras los disturbios, la presión popular forzó un nuevo juicio de los agentes, y el gobierno federal presentó cargos de violación de derechos civiles contra ellos. Cerca del primer aniversario de la absolución, la ciudad esperaba en tensión la decisión del jurado federal. Tras siete días de deliberaciones se especulaba con nuevos incidentes si no se presentaba un veredicto de culpabilidad.

El gobierno y los medios tomaron medidas de precaución. La decisión se tomó a las 7 de la mañana en la sesión del sábado 17 de abril de 1993. Dos agentes fueron condenados y otros dos absueltos. Temiendo las acusaciones de sensacionalismo que recibieron tras la primera decisión judicial, los medios de comunicación tomaron un papel más sobrio esta vez, incluyendo tranquilas entrevistas en la calle. La policía se movilizó con agentes en turnos de 12 horas, coches de patrulla, helicópteros vigía, barricadas callejeras, centros de mando tácticos y apoyo de la Guardia Nacional y el Cuerpo de Marines. No hubo incidentes violentos.

Peter Ueberroth, presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos de 1984 en Los Ángeles, intentó alentar el desarrollo de las zonas afectadas como líder de Rebuild L.A.,, una iniciativa que no logró atraer más que la mitad de fondos previstos para invertir en las áreas pobres. El intento duró hasta que su cargo expiró en 1997.
"El silencio es mortal, a las personas les da tiempo para pensar" -> Jon Echev

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