Hola Banda,
Como muchos de ustedes no saben, el objetivo por el que cree este blog fue para compartir cosas de mis vivencias, cosas que muchos no saben de diferentes temas o cosas que son obvias pero que nadie sabe como responder, por lo tanto a continuación en un archivo adjunto les comparto algunos ejercicios de demostraciones de lógica y razonamiento que me toco gestionar en un semestre de la U, utilizando los métodos de:

El Parque del Perro, ubicado en el tradicional Barrio San Fernando, es uno de los puntos de encuentro más populares de Cali. Este lugar, que toma su nombre de la estatua de un can en el centro del mismo, se ha convertido en un importante corredor gastronómico y nocturno.

El origen del nombre, y la estatua que rinde homenaje a un perro llamado Teddy, tiene varias versiones. En la actualidad las más extendidas son dos.


01. Mascota acompañante en el Parque del Perro
La primera historia se remonta a 1950, cuando un grupo de jóvenes se reunía en el parque, entonces llamado Parque del Corazón, ubicado en el barrio San Fernando. Tenía este nombre debido a que, por su forma, el parque se asemejaba a un corazón.

Estos jóvenes se reunían en el parque a hacer diversas actividades y un perro los empezó a acompañar. Ellos decidieron bautizarlo Teddy, y se encargaban de su cuidado.

Sin embargo, una tarde Teddy mordió a uno de los jóvenes, que tomó venganza envenenándolo con una salchicha con cianuro.

El muchacho fue expulsado del grupo, y con mucho pesar, los demás enterraron al can en el lugar donde ahora se encuentra la estátua.

*Otra versión de esta historia cuenta que no fue a alguien del grupo, sino a un niño al que Teddy mordió. En esta versión habría sido el padre del menor quien envenenó al perro.

Esta fue mandada a construir en 1970 por el director de la policía, Víctor Alberto Delgado Mallarino, quien fue integrante del grupo y sentía mucho afecto por el can.

02. Teddy, el campeón
La segunda historia sobre el origen del perro Teddy, apunta a que este era un campeón de raza Pastor Alemán importado de Europa.

Su dueño era precisamente Víctor Alberto Delgado Mallarino. El can habría sido entrenado en la Escuela de Carabineros de Cali, y habría sido Campeón Nacional Colombiano durante seis años.

Se cuentan historias heroicas sobre este can. Por ejemplo, en una ocasión habría salvado un bebé que cayó a una piscina mientras gateaba. Al parecer el can se habría lanzado al agua y sostuvo al niño por el cuello de la camisa hasta que alguien lo tomó.

Delgado Mallarino, quien era habitante de San Fernando, solía llevar al can al parque, para que jugara con otros perros y con los niños.

Sin embargo el historial de victorias del can fue su perdición. Pues un hombre, celoso de que su perro nunca pudo derrotar Teddy en el concurso nacional de adiestramiendo, decidió matarlo para deshacerse de la competencia.

Este hombre conocía tanto a Teddy como a su dueño. Gracias a esto no le fue difícil encontrar la residencia y acceder al can, que dejaban en el jardín de la vivienda durante la noche.

Teddy no ladró porque conocía al hombre. Este le arrojó salami (su comida favorita) envenenado con cianuro en el plato (Este se encontraba entrenado para no comer nada que no estuviera en su plato).

Algunas lonchas de salami cayeron fuera del plato y Teddy no las tocó. Gracias a eso fue posible identificar la causa de muerte y el tipo de veneno utilizado.

Unos jóvenes que jugaban cerca vieron la escena. Sin embargo al conocer al hombre no pensaron que le estuviera haciendo nada malo al can. 24 horas después Teddy murió.

El asesino de Teddy fue identificado y se penalizó su acción con el retiro de concursos caninos de por vida.

Construcción de la Estatua
  • Las historias arrojan varias similitudes:
  • El perro estaba relacionado con Víctor Alberto Delgado Mallarino.
  • El perro fue envenenado.
  • La estatua se construyó en 1970.
Sin embargo la estatua original era otra. Esta estatua recibió muchas quejas por los habitantes del sector. Según los vecinos la original era “fea” y que no se parecía en nada al can. Además tampoco les gustaba el muro rojo sobre el que la habían puesto.

Años después, con un proyecto de adecuación del parque, se cambió la estatua por la que permanece en la actualidad. Estas adecuaciones fueron muy positivas y actualmente el Parque del Perro es considerado patrimonio de la ciudad.

Actividades y Vida Nocturna
El Parque del Perro es un importante eje comercial de la ciudad. En el funcionan varios bares y restaurantes, que atraen a cientos de personas diariamente.

Debido a esto, el espacio del parque se presta para la realización de múltiples eventos. Desde festivales gastronómicos y musicales, hasta actividades de teatro al aire libre, reuniones y picnics. En este lugar siempre se puede encontrar algo que hacer cada fin de semana.

Alrededor del parque se pueden encontrar, además de bares y restaurantes, importantes botiques y almacenes de elementos deportivos. También es una importante zona residencial, y se encuentra ubicado en uno de los barrios más antiguos de Cali.

Cuenta con restaurantes de gran renombre en la ciudad, como la pizzería Archies, Mister Wings o Sushi Green. También cuenta con algunos sitios de comida típica, como El Arca. Este se especializa en platos típicos a base de plátano.

Poco a poco los comerciantes del Parque del Perro se han ido transformando este espacio en una zona de emprendimiento. Lo anterior le ha dado cabida a otras formas de comercio, por ejemplo los gimnasios o las tiendas especializadas.

Tomado de:

En Cali, una de las leyendas mas conocidas es la de una noche que el mismo satanás salió del infierno para irse a bailar a Juanchito. Esta es, en definitiva, una de las leyendas caleñas más recordada.

Posiblemente la historia date de la época de los sesentas o setentas. Cuando estaba la salsa en su pleno apogeo.

Cuentan los que saben que una vez llegó a una de las discotecas de Juanchito un hombre increíblemente apuesto. Era tan apuesto que incluso la música dejó de sonar por unos segundos en cuento el entró.

El hombre se pavoneó por unos instantes, vestido de blanco impecable (hasta los zapatos, símbolo de que era un buen bailarín) y sacó a bailar a una de las jóvenes que estaba en el lugar.


La salsa brava salía despedida de los parlantes y el hombre bailaba cada vez más rápido. Pronto fue evidente para todos que tal velocidad no podía ser humana. Entonces un olor a azufre empezó a invadir la atmósfera. Y cuando la mujer vio los pies de su pareja se dio cuenta que de estos salía humo y se habían convertido en patas, como las de las cabras.

Ella trató de soltarse, pero el hombre, al que ya le habían salido cuernos y de sus ojos brotaba candela pura. Este la apretó contra si para desaparecer justo después de besarla. En el lugar del beso le dejó una quemadura que se extendía desde su boca, hasta el cuello.

Fuente:
La viuda alegre caleña es un espíritu que deambula en la madrugada los barrios más antiguos de Cali.


Cuentan los que la han visto que es una mujer vestida en el luto riguroso de la época victoriana.Suele aparecerse en San Antonio o San Nicolás, especialmente a hombres casados cuando están borrachos, son violentos o infieles. Eso si, ver a la viuda sólo podía significar una cosa, que se era mal marido.

La viuda suele aparecer barriendo las calles (en Colombia existía la creencia que las brujas barrían en la noche) o simplemente caminando.

Si los hombres la dejaban tranquila no pasaba nada. Sin embargo aquellos que se atrevían a dirigirle la palabra o a quedarse mirándola se llevaban el susto de sus vidas. Pues la viuda enseguida se levantaba el velo que le cubría el rostro y les mostraba que bajo este, en lugar de cara, tenía una calavera.

Aunque destaca entre las leyendas caleñas también es popular en Antioquia. Aunque en la versión antioqueña la misión de la viuda es enamorar hombres para quedarse con sus almas. Se pueden encontrar variaciones de esta historia en todo Sur América.

Fuente:
Es una de las leyendas caleñas con una historia más peculiar. Y si existe un espanto para castigar a los malos maridos, la mujer del canasto se encarga de las mujeres chismosas.


Cuenta la historia que en las noches previas al alumbrado público solía escucharse una mujer arrastrando los pasos a altas horas en la madrugada. Las mujeres que se asomaban a la ventana para ver quién erraba por las calles en semejante oscuridad, eran sorprendidas por la figura incierta de una anciana arrastrando un canasto.

La mujer se perdía en la oscuridad. Y cuando la curiosa cerraba la ventana era sorprendida por golpes en la puerta principal. Sin poder aguantar las ganas de saber quién tocaba la puerta, las mujeres se apresuraban a abrir. Sólo para encontrarse de frente con la mujer del canasto.

Esta les entregaba una vela larga que sacaba de su canasto maltrecho. Y se marchaba, no sin antes advertirles que era para que las acompañara durante la vigilia. Acto seguido las mujeres proseguían a encender la vela. Sólo para darse cuenta que era un pedazo de hueso recubierto en cera, y lo peor, el hueso era de ellas.

Fuente:
Ubicada en la vía a Pichindé, a pocos minutos de Cali, se encuentra Nuestra Señora de los Andes. Más conocida como La Virgen de Yanaconas. Es una estatua gigante del escultor Marcelino Vallejo. Esta se encuentra sobre la cordillera occidental y ofrece una excelente panorámica de Cali.


Según cuenta una de las leyendas caleñas más populares, en 1685 los ojos de esta virgen había antes dos esmeraldas de gran tamaño. Una tarde el joven sacerdote custodio de la estatua fue asesinado. Y las preciosas joyas en los ojos de la virgen desaparecieron.

Desde entonces narran conductores, ciclistas, y habitantes de la zona, se puede ver al joven sacerdote a la hora de la misa (seis de la tarde), pidiendo aventón a los vehículos que suben hacia la virgen. Sin embargo una vez sube al vehículo desaparece casi al instante.

Aún no se sabe si esto se debe a que el alma se encuentra aún buscando a los ladrones de las esmeraldas o si es un castigo por su posible participación en el hecho.

Fuente:

Posteado por: Por: Johnny Delgado M.*

¡Éntrense temprano que anda suelto el monstruo de los mangones! Era la orden perentoria de los padres para los niños y adolescentes caleños de hace 50 años.


Mientras en los campos el bandolerismo bipartidista se ensañaba contra los campesinos, ese mismo terror se vivía en las calles y potreros de la urbe vallecaucana.

Todo había comenzado desde el 5 de noviembre de 1963 cuando un niño de 10 años, voceador de periódicos, apareció muerto en Santa Rita, al oeste de Cali.

La racha de asesinatos de menores continuó y el segundo infante apareció muerto el 4 de diciembre en los pastizales aledaños a Prados del Norte; un tercer niño fue encontrado sin ojos el 12 del mismo mes en riberas del río Aguacatal; la osamenta de un menor fue hallada el 23 de diciembre cerca a la Estación del Ferrocarril; y finalizando el año, de nuevo en Prados del Norte, se descubrió el quinto niño asesinado.

Los menores fueron identificados en diferentes momentos y eran: Luis Alberto Osorio, Wílder Perlaza, Raúl Ríos, Luis Manrique y Alfonso Caicedo.

Al año siguiente
En el nuevo año siguieron los crímenes y el 13 de enero de 1964 hallaron el cuerpo de un niño en estado de momificación en La Flora; el 15 de enero fue hallado muerto el niño Alberto Garzón, de 12 años, en un pastizal junto a la farmacia del ICSS.
El octavo infante asesinado se encontró el 18 de enero, muy cerca del anterior hallazgo. Se llamaba Félix Vanegas, de 9 años.

Otros dos niños fueron hallados asesinados el 20 y 27 de enero.
El undécimo infante fue identificado como Fabio Palta y se descubrió en Tequendama, el 26 de febrero. La espeluznante docena de niños asesinados se completó el 17 de marzo, cuando en el sector de Puerto Mallarino se encontró a Jorge Díaz, de 11 años.

Ya para el 1 de abril de 1964 se contabilizaban trece niños asesinados en los lotes abandonados y potreros enmalezados de varios lugares caleños, cuando se halló en Menga al pequeño Albeiro Santana de 12 años. Algunas de las inocentes víctimas presentaban signos de violación y con agujas insertas en el corazón o el tórax.

¿Sacados de los cementerios?
El 3 de abril, las autoridades sorprendieron a la opinión pública con una peregrina como absurda conclusión: de los trece niños asesinados, nueve habían sido sacados de los cementerios y lanzados en los potreros, en un acto terrorista para desacreditar al Gobierno.

Si se ha descrito con detalle la relación de las víctimas, es para demostrar la manipuladora respuesta de las autoridades ante las denuncias de su ineficiencia por parte de una población angustiada.

Claramente, de los trece crímenes, se conocía la identidad de diez de los niños. Amparado en unos dictámenes ‘científicos’ sobre el cuerpo momificado del sexto caso, enviado a Bogotá desde el enero pasado, las autoridades presionadas por un sector de la prensa exigieron respuesta de los forenses capitalinos que enviaron un informe parcialmente divulgado y del cual dedujeron el mencionado exabrupto.

Sólo cabe imaginar cómo algunos niños extraviados desde hace algunos días y máximo tres meses, hayan sido muertos, sepultados como N.N. y sacados de sus tumbas en estado de momificación y tirados en los potreros.

Los procesos biológicos y el tiempo para que se den esos casos desmienten la burda interpretación. Las fotos de los niños que presentó la prensa en varios de los casos desmienten también esa versión absurda.

Ante la exaltación ciudadana, parece que los criminales detuvieron un tiempo su accionar. Y sólo hasta el 17 de septiembre, el 28 de noviembre (dos víctimas) y el 3 de diciembre de ese tenebroso año, aparecieron otros cuatro menores asesinados. *Premio Jorge Isaacs 2011

El mito
De todo este vergonzoso y gigantesco crimen sin resolver, quedaron algunas cosas: el nacimiento de un mito urbano donde se conjeturaba que se trataba de un reconocido comerciante con una banda de criminales a su servicio, la cual robaba los niños para extraerles la sangre para el tratamiento de una penosa enfermedad.

En el campo del arte sirvió de inspiración para el filme de Luis Ospina “Pura Sangre” (1982); y el cuento de Jotamario Arbeláez “El Monstruo de los Mangones”.

Una sombra de negligencia, impunidad y connivencia de ciertos sectores de la justicia con los criminales, asusta aún como ayer las calles y veredas de esta aldea global.

Tomado de:

Lo que hoy se le conoce como el Puente de Los Mil Días, se le bautizó de esa manera porque la obra se debía hacer en quince días, pero los constructores se demoraron tres años, es decir, en mil días. 
Entonces, el nombre no era una recordación a la guerra de los mil días; sino que era un sarcasmo para protestar por la demora.


Fuente:
La Casona, es tal vez el sitio más representativo del Distrito de Aguablanca; se le conoce así porque allí, en la Carrera 27 con Calle 106, estaba unas de las haciendas grandes de los ejidos. Luego la Fundación Carvajal hizo una gran casa casona en ese sitio, donde hay despachos públicos, entre ellos la Registraduría.

Fuente:
Dicen que en Cali habita un demonio, Buziraco es su nombre y está entre los caleños desde una remota época. Exactamente desde la colonia, y a la presencia de este es que se le debe la existencia del monumento de Las Tres Cruces.


Posiblemente una de las leyendas más conocidas en la ciudad, a Buziraco se le culpa desgracias acontecidas en Cali. Desde incendios y terremotos, hasta plagas y asesinatos. Los caleños volteaban la mirada al cerro, morada de este temible y monstruoso ser, ante cada calamidad.

Se lo culpó de la muerte de 39 niños entre el 63 y el 66, que aparecían descomponiéndose en campos y cañaduzales. También hubo quien le achacara responsabilidad por el estallido de siete camiones cargados con dinamita. Este suceso se cobró la vida de cerca de 4 mil personas y que pasaría a la historia como La explosión del 7 de agosto, en 1956.

Investigaciones posteriores arrojaron que la explosión de los camiones fue por causas más humanas (aunque aún no determinadas) que sobrenaturales. También se pudo comprobar que el asesinato de los niños fue perpetrado por un asesino serial conocido como El Monstruo de los Mangones.

Si bien, con los años se revelaron las verdaderas causas de muchas de estas desgracias. Salvando así la conciencia de Buziraco, siempre se vincula su imagen con la calamidad.

Una epidemia de viruela y luego de dengue que asoló a Cali en 1837 fue el primer indicio de que algo terrible, sobrenatural, se cernía sobre Cali. 

¿De dónde proviene Buziraco?
Según la tradición agustiniana Buziraco, el demonio caleño, no es tan de estas tierras como se piensa. La creencia católica apunta a que el demonio que reina el cerro de las Tres Cruces es el mismo que en remotas épocas azotó el Cerro de la Popa en Cartagena.

Cuenta en sus memorias el Fray Alonso de la Cruz Paredes, monje Agustino, se encontró con el demonio cuando llegó a Cartagena. El monje había llegado a la ciudad, según él, para construir una iglesia en el cerro de La Popa. En un lugar específico que la virgen María le había indicado.

Fue en el lugar señalado donde el monje se encontró al poderoso demonio, que era adorado por medio de joyas, tabaco y licor.
Tras el descubrimiento Fray Alonso de la Cruz buscó ayuda del obispo de Cartagena de la época, Juan de Labrada. Juntos subieron al cerro y, tras una férrea batalla espiritual, lograron arrojar al demonio por un acantilado, justo cuando este tomó la forma de un macho cabrío.

Llegada de Buziraco a Cali
Sin embargo el reinado de Buziraco estaba lejos de terminar, y este trasladó su esencia a un cerro cercano a Cali. En este lugar se escondió durante cerca de 300 años, causando una que otra desgracia, pero sin llamar mucho la atención.

Aún así, con las crisis de viruela y dengue en 1837, sumadas a un creciente número de leprosos y una serie de incendios que arrasaron varios cultivos, el demonio hizo evidente su presencia.O eso fue lo que creyeron los hermanos, Fray Juan Cuesta (Director del Colegio Santa Librada) y el Fran Vicente Cuesta. Pues tanta desgracia solo podía ser obra del diablo.

Sin embargo tuvieron absoluta seguridad de que se trataba de algo paranormal al escuchar rumores de que, cerca al cerro tutelar, aparecía en el cielo una figura monstruosa. Algo así como un murciélago gigante o el mismísimo Satanás.

Una vez descubierto el demonio, los hermanos fraguaron un plan para ahuyentarlo, o por lo menos para apaciguar su furia. Para esto obtuvieron el apoyo de la Arquidiócesis de Cali, que se mostró muy preocupada por los rumores que circulaban por la ciudad. Realizaron una procesión (exactamente el 3 de mayo de 1937) y plantaron en el cerro 3 cruces de guadua.

Sin embargo algo salió mal en este ejercicio, y en lugar de exorcizar al demonio lo que hicieron fue atraparlo dentro del cerro. Por lo tanto, temiendo una posible liberación, los dos religiosos continuaron las procesiones, cambiando las cruces cada año.

Y así lo hicieron por un tiempo, son embargo en 1851 ambos tuvieron que huir debido a la agitada persecución política de la época. Aunque no falta el que culpa de esto al vengativo demonio.

Liberación de Buziraco y Construcción del Monumento de las Tres Cruces.


Las procesiones las continuó Fray Damián González. Y a la muerte de este fueron los habitantes del barrio Santa Rosa (más cercano al cerro) los que mantuvieron viva la costumbre. Sin embargo, con el paso de los años y la falta de desgracias, poco a poco esta procesión empezó a ser menos frecuentada. Hasta que ocurrió lo impensable. Un rugido se escuchó desde el corazón del cerro, y hubo quienes juraron que lo vieron estremecerse. El movimiento desenterró las cruces de guadua pobremente clavadas, y se extendió, tan rápido como la ira, sobre la ciudad.

Esto fue el 7 de junio de 1925, y fue un devastador terremoto de 6.8 grados en la escala de Richter, que acabó con la mayor parte de las iglesias y monumentos religiosos en la ciudad. A este terremoto se lo conoce como La Liberación de Buziraco.

Por temor a la venganza del demonio, que había permanecido cerca de cien años atrapado se dio pie a la construcción del monumento de Las Tres Cruces. Aunque históricamente la construcción coincidió con el centenario de la primera procesión al cerro, y a la celebración del cuarto centenario de Cali.

La obra se finalizó en enero de 1938, y desde entonces se cree que Buziraco quedó finalmente atrapado en el cerro.

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Origen del nombre.
La Calle del Muerto se llama así es por la escultura que fue instalada en un antejardín; pero no era para honrar a ningún muerto. 

El modelo de la estatua de la Calle del Muerto, es del actor Iván Barlaham Montoya, cuyo nombre original es ‘El guerrero en reposo’. 
Ahora la escultura está afuera en pleno andén frente a la casa demarcada como el número 3 A 24; de la Carrera 23.


Rumores.
Se dice que la Calle del Muerto, se llama así porque en ella, que es la Carrera 23, habían matado a un vigilante, otra versión es que fue donde tiraron un muerto cuando el sector era de mangones desiertos. 

Tomado de: