Armamento Histórico Extraño

Higarigaoka - Odaiba, Sin comentarios
أهلا و سهلا
Hola En Arabe-Egipcio!



  • Project Pigeon:
O lo que es lo mismo, el Proyecto Pelícano, un intento del psicólogo Frederic Skinner, defensor del conductismo, por utilizar a las palomas como proyectiles suicidadas en la Segunda Guerra Mundial. Desde luego, estamos ante un trabajo como mínimo curioso donde Skinner buscaba condicionar a las palomas de forma que estas pudieran mantener orientado un proyectil en dirección al objetivo.



Un trabajo donde se llegó a crear un aparato preciso donde introducir a las palomas mientras adiestraban a estas para reconocer los objetivos. Al final el proyecto pelícano fue cancelado por falta de dinero y por considerarse “grotesco”.

  • Gallinas Y Pollos Para Calentar Minas Nucleares:
La guerra no es una broma, pero ciertamente hubieron ideas que no sabríamos donde encajarlas. Dentro de este tipo de “proyectos” debemos destacar la propuesta que desarrollaron varios científicos en la Guerra Fría. Nada más y nada menos que utilizar a pollos y gallinas como medio para calentar las minas nucleares con las que Europa se defendería de una posible entrada soviética.


Los físicos estaban preocupados por la forma en la que podrían mantener las minas a una temperatura correcta sin que estas se congelaran. Las gallinas serían la solución, se introduciría viva a cada una en el interior de las bombas junto a un cuenco con agua y comida para 1 semana. Estas producirían el calor suficiente para que las detonaciones no se congelaran. El proyecto se canceló y no se supo de él hasta el año 2004, momento en el que se desclasificó.
  • Clase I-400, El Submarino Portaaviones:
Se trata de un diseño japonés de la Segunda Guerra Mundial que, obviamente, tenía unas dimensiones enormes, mucho mayores que ningún otro submarino anterior.


En su gigantesco hangar cilíndrico podía transportar hasta tres hidroaviones de ataque Aichi M6A Seiran, aviones diseñados específicamente para el submarino que se podían plegar y desmontar con facilidad.

  • Bomba Murciélago:
No hay trampa ni cartón, se trata de murciélagos utilizados como bombas, aunque no pasaron del campo de pruebas estadounidense. La idea, enmarcados en la Segunda Guerra Mundial, era adjuntar a los murciélagos una bomba incendiaria.


En esencia esta idea descabellada trataba de armar a cientos de murciélagos con napalm. Un proyecto, si así se le puede llamar, que acabo en un sonoro fracaso tras las primeras pruebas donde los murciélagos, después de echarse a volar, acabaron incendiando parte de la base militar de las pruebas.
  • Tanque Del Zar:
Lo que vemos también tiene el nombre de Netopyr, un vehículo ruso extraño que se desarrolló a comienzos del siglo pasado por Nikolai Zhukovsky, Boris Stechkin, Alexander Mikulin y Nikolai Lebedenko. Un acorazado terrestre que pesaba 40 toneladas y podía alcanzar los 17 km/h.


Un tanque cuya principal “virtud” debía ser su diseño triciclo, destacando sus dos ruedas de radio delanteras que medían 9 metros de diámetro. El problema es que debido a errores de cálculo del peso, la rueda trasera se atascaba con facilidad en ciertos terrenos, razón por la que el proyecto fue desechado tras las pruebas iniciales y se detuvo la producción en masa.

  • Proyecto Pluto:
Se trata de uno de los diseños de guerra que afortunadamente no vieron la luz. En esencia fue un estudio con la idea de crear un nuevo tipo (y devastador) misil SLAM (Supersonic Low-Altitude Missile o misil supersónico de baja cota).


El estudio fue iniciado por Estados Unidos en 1957 y para hacernos una idea de la destrucción que hubiera supuesto SLAM basta con observar su maquinaria de guerra: Tenía una onda de choque que arrasaría lo que se encontraba a su paso (podía volar a baja altura), además, contaba con la radiación de su motor (un reactor nuclear desnudo que expulsaba pedazos de plutonio altamente radioactivo). Por si esto no fuera poco, también contaría con 16 cabezas termonucleares de un megatón en cada una.

  • Fuego Griego:
Volvemos atrás en el tiempo para hablar del fuego griego, o posiblemente el primer lanzallamas del que se tienen documentos. Se trataba de un arma incendiaria utilizada por el Imperio bizantino y creada en el siglo VI, aunque luego se utilizaría masivamente tras las primeras cruzadas en el siglo XIII.


Los bizantinos lo empleaban en batallas navales y sus componentes son aún hoy motivo de debate. Se cree que podrían ser nafta, cal viva, azufre y nitrato. Luego habría que darle a los bizantinos la distinción en el uso de las mezclas utilizando sifones presurizados para lanzar el líquido al enemigo. Líquido que además era de gran eficacia porque incluso ardía en el agua, lo que supuso una gran ventaja en el campo de batalla.

  • Espejo Ustorio:
Estamos ante un espejo cóncavo de gran tamaño que se utilizaba para concentrar en su foco los rayos solares o de un cuerpo en combustión y utilizarlo con fines bélicos. En cuanto a quién o quienes fueron los primeros en utilizarlo no hay consenso.


De entre las sugerencias de usos en la Antigüedad se dice que el mismo Arquímedes incendió en Siracusa los bajeles romanos de la flota de Marcelo usando el espejo ustorio.

  • Helépolis:
Maquinaria de la Antigüedad para el campo de batalla que fue desarrollada durante el reinado de Alejandro Magno. Se trata de maquinaria de asedio de grandes proporciones con las que conquistar ciudades del período helenístico.


Dispositivos tremendamente útiles para el campo de batalla, ya que en su interior se podía concentrar la artillería. La primera Helépolis de la que se tiene constancia fue la de Demetrio Poliorcetes, una máquina en forma de torre cuadrada dividida en nueve pisos.
  • La Garra De Arquímedes:
Aunque su forma no está del todo clara, nos encontramos ante otra arma de asedio que fue diseñada por Arquímedes para defender la ciudad de Siracusa, concretamente la parte de la muralla de lindaba con el mar.


El consenso general habla de una especie de grúa de la antigüedad que estaba equipada con un gancho de metal, lo que la hacía capaz de elevar barcos y navíos del enemigo por encima del agua, para luego dejarlos caer causando la escoración o el hundimiento.

  • Foo Fighters, El Batallón De Ovnis Nazi: 
Durante la Segunda Guerra Mundial existieron muchos mitos e historias para no dormir sobre los nazis. De entre ellas, hoy vamos a hablar de los Foo Fighter, no la banda de rock, sino los misteriosos aviones, un fenómeno que trajo de cabeza a los aliados. El batallón ovni de Hitler que no acertaban a definir.


Y es que han sido muchos los escritores e historiadores que en algún punto de la historia de la Segunda Guerra Mundial han tocado el tema de estos supuestamente objetos voladores no identificados. Un término, Foo Fighter, utilizado por los pilotos de los aviones aliados para describir unos fenómenos aéreos desconcertantes durante las operaciones en vuelo.

La historia habla sobre el inicio de los primeros informes de estos aviones/objetos no identificados a partir de 1944, desde ese momento los testigos asumirían que los Foo Fighter eran armas secretas empleadas por el enemigo. Obviamente, el tiempo ha acabado desmontando toda probabilidad sobrenatural de estos batallones con explicaciones científicas, pero aún así, no queda claro el origen de esos avistamientos.

Foo Fighter Antes De Los Foo Fighter Nazis:
Habría que remontarse unos años antes en la historia para encontrar por primera vez el término. No venía de estos extraños aviones, originalmente Foo Fighter llegó a través de un personaje de una tira cómica surrealista de los años 30 bajo el nombre de Smokey Stover (de Bill Holman). Holman utilizaba en su cómic muchos juegos de palabras y signos sin sentido, entre ellos “foo”.

Viñeta del cómic Smokey Stover

El personaje de Stover era un bombero cuyo vehículo se llamaba Foo Fighter y que a su vez utilizaba el nombre en lugar de fire fighter (bombero). Stover también solía decir “where there’s foo, there’s fire”. Así que este es el comienzo del término al que la historia le tendría varias sorpresas.

Los Foo Fighter De La Segunda Guerra Mundial:
Llegados a la WW2, el término sería tomado de la tira cómica por el teniente Donald J. Meier, quién a su vez era fan incondicional del trabajo de Holman. En este punto hay dos versiones: una habla de la noche del 27 de noviembre de 1944, momento en el que Meier y el oficial Ed Schleuter reportaban el avistamiento de lo que parecía una bola roja de fuego que perseguía a los aviones junto a una gran variedad de maniobras a alta velocidad. Esta teoría explica que Meier, quién tenía en ese momento una copia de la tira cómica en el bolsillo, la sacó y la estrelló en el escritorio diciendo: “Estos han sido esos malditos Foo Fighters”.


La segunda versión que habla de la primera referencia a los Foo Fighter nos lleva de nuevo a Meier, aunque unos meses antes. Un 13 de febrero de 1944 en el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada (SHAEF) en París enviaba a los medios de comunicación una nota de prensa que hacía referencia por primera vez a la aparición de una nueva arma alemana en el frente aéreo occidental.

En cualquier caso en ambas citas se trataba de la misma alerta. Los aviadores de Estados Unidos (los primeros con los cazas nocturnos Northrop P-61 Black Widow) intentaban describir una clase de bolas, esferas luminosas que encontraban volando sobre Alemania en la noche. La descripción que hacían era la de unos objetos brillantes, algunos pilotos los describían como luces capaces de realizar giros extremadamente violentos antes de desaparecer del plano. Lo curioso es que en estas primeras informaciones hablaban de objetos que volaban en formación a los aviones aliados y que se comportaban como si estuvieran bajo algún tipo de control inteligente, aunque en ningún caso mostraron un comportamiento hostil.

Los primeros cazas nocturnos en observar Foo Fighter. 

El fenómeno se extendió de tal forma que los militares los tomaron muy en serio, momento en el que comenzaron las primeras teorías que hablaban de posibles armas secretas alemanas (algo que el propio tiempo ha acabado tirando por tierra, ya que existieron otras investigaciones que revelaban que, por ejemplo, los pilotos alemanes y japoneses habían reportado objetos similares).

Antes de acabar ese año, el 13 de diciembre de 1944, SHAEF volvía a lanzar un comunicado que aparecería en el New York Times el día después, una carta donde se describía oficialmente el fenómeno como una “nueva arma alemana”. Tras el NYT la noticia se extendería por otros grandes medios de la época como el New York Herald Tribune o el Daily Telegraph. Siguiendo la línea de los medios de comunicación, al año siguiente, el 15 de enero de 1945, era la revista Time la que llevaba por primera vez la historia de los Foo Fighter. En el interior de la prestigiosa revista se informaba de las extrañas “bolas de fuego” que habían estado siguiendo a los cazas nocturnos. La misma Time, a través de las declaraciones de varios pilotos, explicaba que se tenía la conciencia entre los combatientes de que el fenómeno eran misteriosas luces de persecución a alta velocidad.

Foo Fighters, Explicando El Fenómeno:
Llegados a este punto, ¿qué eran realmente estos fenómenos avistados? Con el tiempo se ha dado paso a intentos explicativos con coherencia basados en hechos. Por ejemplo, ya en 1945 aparecían las primeras explicaciones científicas sobre lo que estaba ocurriendo. Se ofrecían dos versiones: la posibilidad de que estos avistamientos eran una ilusión causada probablemente por el deslumbramiento por las ráfagas de fuego antiaéreo, o bien se sugería que se debía a un tipo de descarga eléctrica de las alas de los aeroplanos (semejante al fuego de San Telmo). Otras de las explicaciones oficiales en la época, llena de sentido común, venía a decir que estos avistamientos tenían que ver con la situación. Los pilotos podrían sufrir alucinaciones provocadas por el propio cansancio extremo en el fragor de la batalla.


El historiador y periodista Jesús Hernández (autor del libro Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial), explicaba hace unos años para el diario ABC su versión sobre el fenómeno de las extrañas esferas y la relación con el posible cansancio de los pilotos:
Entra dentro de la lógica que en un número tan enormemente alto de misiones se produjeran todo tipo de hechos sorprendentes. Cualquier reflejo o chispa producida por la electricidad estática del aparato, sumado al cansancio acumulado tras horas de navegación aérea con el temor a la aparición repentina de un caza alemán y, no lo olvidemos, todo ello sucediendo de noche, podía dar como resultado la visión de un fenómeno tan singular como un Foo Fighter.

Con todo, hay dos hechos fundamentales que nos indican que los Foo Fighterjamás fueron esas armas secretas de los alemanes con las que ganar la guerra. La primera de ellas es que este tipo de “efectos” de luz se han dado y reportado en otros puntos del planeta. La segunda y quizá más importante, ninguno de estos objetos o fenómenos llegó a atacar jamás a un avión aliado, lo que no sólo pone en duda que fuera algún tipo de arma, sino la propia naturaleza y realidad de estos fenómenos en el cielo.
  • Cañón 2B1 Oka:
Lo que vemos formó parte del orgullo de la Unión Soviética, quizá hoy un tanto “excesivo”. Se trata de un cañón nuclear construido en 1957, artillería que fue un hito, ya que es una de las piezas más grandes que se hayan construido con 20 metros de largo y una cabeza nuclear que podía ser enviada a 45 kilómetros de distancia.

Réplica del 2B1 Oka en el Saint-Petersburg Artillery museum

El problema: era tal la fuerza del retroceso en cada disparo que los tanques quedaban para el “desguace”. El fracaso de Oka supuso un cambio en el desarrollo soviético, pasando de las grandes piezas de artillería con base y proyectil a centrarse en el desarrollo de misiles guiados.
  • El (Super) “Topo” Submarino:
Proyecto que nunca llegó a finalizarse y que duró décadas. Al principio se trataba de desarrollar un buque de guerra submarino que tuviera como ejemplo el principio de funcionamiento del escudo de túneles. Tras pasar por diversas etapas, en 1949 la URSS encarga a un nutrido grupo de científicos el desarrollo de la maquinaria… y vuelve a quedar paralizado a favor del desarrollo de armas nucleares.


Finalmente es en 1964 cuando se lleva a cabo el primer prototipo. Un barco con forma de cilindro (también llamado topo submarino) de titanio con un diámetro de nada menos que 3 metros y una longitud de 25 metros dotado de un motor atómico. La proa y la popa tendrían forma puntiaguda y en su interior, además de cinco tripulantes, podrían albergar una tonelada de armamento. En las pruebas realizadas llegaría hasta los 15 km/h recorriendo 15 kilómetros. Una segunda prueba produjo una explosión fatal bajo tierra muriendo toda la tripulación. Fin del proyecto.

  • Aerosani, Los Tanques Trineos:
Nunca lo hubiéramos imaginado, pero de entre la variedad de vehículos diseñados para combatir al enemigo (y a las nevadas) durante la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética diseñó varios modelos diferentes de tanques trineos. 


Básicamente se trataba de un vehículo para dos personas donde también iban algunos cañones junto a un motor de coche o camión montado en la parte de posterior, lo que permitía su conducción a través de hélices. Era un vehículo propicio para lugares donde existen largas épocas de nieve y hielo. Como curiosidad, la velocidad promedio era de 25-30 km/h.

  • Obyekt 279, El Mega Tanque:
Esta bestia que estamos viendo medía nada menos que 11 metros de largo con el cañón incluido, 3,4 metros de ancho y 2,6 de alto. No pasó de prototipo construido por el ejército ruso en 1957 y la idea era la de servir de puesto de mando móvil a los comandantes de artillería en el caso de una nueva guerra mundial.

  • Bartini Beriev VVA-14:
Se trata de un proyecto de avión anfibio de despegue vertical que fue diseñado por el italiano Bartini Beriev para los rusos en la década de los 70. La idea detrás del mismo era la de construir un antisubmarino que fuera capaz de identificar y destruir a la marina de Estados Unidos. El resultado final y tras varios prototipos no funcionó.

VVA-14 en el Air Force Museum.

Ninguno de ellos fue capaz de realizar un despegue en vertical, principalmente por falta de disponibilidad de los motores, por lo que el proyecto se paralizó tras 107 vuelos de prueba. Hoy y tras varias décadas, el único VVA-14 que queda se encuentra en el Air Force Museum de Monino, aunque en un estado muy deteriorado.

  • APS, El Fusil De Asalto Subacuático:
Aquí tenemos un arma individual que parece sacada de una película de James Bond. Se trata del fusil subacuático APS, o también llamado fusil de asalto subacuático que diseñó la Unión Soviética en la década de los 70. Podríamos decir que se trata de un derivado del AK-47 y su función tenía su miga.


La idea era que al no poder utilizar las balas bajo el agua en un cuerpo a cuerpo debido a que son más imprecisas y tienen poco alcance, el APS sería la solución. Un fusil acuático que dispara dardos de acero de calibre 5,66 mm y una longitud de 120 mm. APS llevaría equipado una carga de 26 cartuchos y cada proyectil sería capaz de mantener la trayectoria por efectos hidrodinámicos, es decir, que fuera del agua sería impreciso y además no sobrepasaría los 50 metros.


Un fusil que fue la principal arma de los buzos militares soviéticos hasta que en 1980 se puso fin a su uso siendo reemplazado por el fusil ASM-DT.
  • T-35, El Super Tanque Pesado:
Aquí tenemos otra obra de ingeniería soviética que sigue las pautas del cañón 2B1. En este caso se trata del T-35, conocido también como el tanque pesado, un apodo que al final marcaría el principio y el fin de su existencia. Se trata de un desarrollo que tuvo lugar en el período previo a la Segunda Guerra Mundial, un momento de la historia donde las potencias invirtieron en toda una nueva gama de sistema de combates entre los que se encontraba un super tanque pesado.


Pocos se acabaron atreviendo a la producción de los mismos. De todos los conceptos, el que tuvo mayor viabilidad fue el T-35, basado a su vez en un diseño británico adaptado por ingenieros rusos. Su sello distintivo sería la aparición única y exclusiva de cinco torretas con las que podía disparar en todas las direcciones. El problema, debido a su peso era excesivamente lento con una velocidad máxima de 30 km/h (muy despacio para los estándares en la guerra). Además, en el diseño final no cambian excesivamente bien los militares.

  • KM, El Monstruo Del Mar Caspio:
Estamos ante un ekranoplano, algo así como un avión, con la diferencia de que prácticamente no sale de la influencia del efecto suelo, es decir, a pocos metros de altitud, volando sobre un colchón de aire como un aerodeslizador. El más conocido de todos fue el KM en 1966.


El nombre de “monstruos del mar Caspio” viene dado por los servicios de inteligencia occidentales, incapaces de saber a ciencia cierta que era un akranoplano. El KM era un avión de nada menos que 544 toneladas, 106 metros de longitud y 42 metros de envergadura. Podía alcanzar una velocidad máxima de 400 km/h gracias a sus diez motores que lo elevaban a más de 30 centímetros sobre el agua. El problema era que si superaba los 3 metros se perdía el control. El KM oficialmente se perdió en un accidente tras una ráfaga de viento que lo desestabilizó. Tras la caída de la URSS se retiraron los fondos para su construcción.

  • Akula, El Submarino Godzilla:
Un hito, otro más que hay que darle a los ingenieros rusos, fue la construcción del submarino más grande del mundo, conocido también como Akula (oTyphoon) hacia finales de la Guerra Fría, justo antes de la disolución de la Unión Soviética. Como en otras ocasiones, la idea era equipararse al submarino estadounidense Ohio con la intención de llevar la mayor cantidad de misiles.


Ocurrió que los misiles soviéticos eran más grandes, razón por la que Akula y su diseño se agrandó resultando un “monstruo” de 175 metros de largo y 23 metros de ancho, o lo que es lo mismo, era el equivalente de cinco submarinos de la época juntos. El submarino nunca llegó a entrar en combate.

  • MiG-105, El Avión Espacial Ruso:
Mucho antes de que escucháramos por primera vez el nombre de compañías como Virgin Galactic, los rusos ya tenían en mente la idea de desarrollar aviones espaciales. No sólo eso, en la Guerra Fría tanto Estados Unidos como la URSS tuvieron en mente experimentos para militarizar el espacio. Mientras Estados Unidos tenía el X-20 Dyna-Soar, la respuesta soviética fue el MiG-105 (también llamado Spiral), iniciando un programa para su puesta a punto en 1965. Estamos ante un proyecto de transbordador espacial con la idea de que el aparato efectuara misiones de reconocimiento fotográfico, por radar, intercepción orbital y ataque espacio-tierra a través de misiles desde el espacio (a una órbita baja).


Al final y tras muchas vueltas de diseño y conceptos todo se redujo a números. El avión espacial era demasiado caro y los altos mandos pensaron que ofrecería muy poca concesión de ventaja estratégica. El programa terminaría en 1969 y reviviría a mediados de los 70 para finalmente abandonarlo a favor del diseño del transbordador Buran.

  • Sukhoi T-4, El Bombardero Supersónico:
Nos encontramos en un momento de la historia (principios de la década de los 60) donde las naciones invertían en grandes aviones bombarderos pesados. El Sukhoi, también conocido como Sotka, fue un proyecto (que además pasó la fase de prototipo) para la construcción de un bombardero supersónico a la vez que avión de reconocimiento de alta velocidad.


Con este desarrollo la Unión Soviética pretendía equipararse al proyecto paralelo de Estados Unidos con el Xb-70 Valkyrie. La vida del Sotka fue corta, se llegaron a realizar 10 vuelos y se cree que llegó a alcanzar la velocidad Mach 1,3 a una altitud de 12.000 metros (el avión se había diseñado para alcanzar velocidades de hasta Mach 3). Finalmente el programa fue cancelado y nunca llegaron a entrar en producción en serie. La razón, según se argumentó, era que el avión estaba demasiado enfocado a la alta velocidad, demasiado adelantado a su época.

  • Perros Mina:
Dentro de la maquinaría militar soviética durante la II Guerra Mundial estaban los perros antitanque (también conocidos como perros mina). Se trataba de perros con explosivos adosados en el lomo a los que entrenaban para buscar comida bajo vehículos blindados o tanques alemanes tras haberles dejado sin comer durante varios días. Una vez el perro estaba bajo el vehículo, se detonaba la carga.


Finalmente esta medida no resultó del todo satisfactoria para el ejército. Los perros, una vez liberados, habían aprendido a salir corriendo en busca de alimento en algún vehículo enemigo, aunque la mayoría de ocasiones se encontraban perdidos en el campo de batalla y acababan volviendo al propio ejército ruso, o bien huían despavoridos asustados por el ruido de los vehículos.



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